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jueves, 25 de noviembre de 2010

Kant y el juicio estético

Kant me ha abierto la puerta a un nuevo mundo. Supongo que varios y mejores conocedores/estudiosos de Kant dirán -"pues vaya novedad". Pero eso da igual, lo que importa es el impacto que cada autor ejerce en nosotros, cuando lo estudiamos, quizás haya tantas formas de vivirlo, como personas hay en el mundo que quieran entenderlo, o que creamos entenderlo.
En cualquier caso quiero compartir algo; tanto. Los juicios estéticos según Kant tienen ciertas características de los juicios éticos (la universalidad) y de los juicios científicos (la necesidad), sin embargo estos no poseen un fin como los juicios éticos, ni están basados en conceptos como los científicos. Por lo tanto, los juicios estéticos poseen características de ambos, pero no son del todo ninguno de los dos.
A esto de "ser como, sin ser"...es lo que llamamos JUGAR. Cuando somos niños jugamos a ser médicos, a tener peleas, y durante ciertos momentos lo creemos de verdad, pero en realidad, no somos médicos, ni nos pegamos en serio, porque es un juego...somos libres en cualquier momento de dejar de ser aquello que en realidad no somos.

En eso se basa el juego, en ser pero no ser, y en tener a mano una libertad tan libre (perdonad la redundancia).

Por lo tanto los juicios estéticos son en realidad un juego, un juego de nuestra alma?..Un juego en el que están presentes todas nuestras capacidades como seres humanos, no es solo la inteligencia lo que interviene, ni la imaginación, ni la memoria, es TODO. Todo aquello que somos, que nos configura como tales, TODO, se pone en juego, a jugar. Quizás por ello cuando leemos una magnífica novela, o un poema, o vemos una obra de arte, nos fundimos con todo, en el absoluto. Una vivencia, única, estética, el tiempo no transcurre, y todas nuestras capacidades, facultades están en su máxima expresión. Vivimos.

Vale la pena acompañar este juego, con la música que os dejo más abajo: Pavane pour une infante defunte, de Maurice Ravel.

Gracias Eduard.

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